Descripción
El sistema se basa en un tanque llenado de carbón activado y una bomba de alta presión con tubo de presión para inyección de aire. La bomba presuriza el agua de alimentación al CarboClean, y se disuelve aire allí dentro. Mientras que las sustancias orgánicas son adsorbidas por el carbón activado, el oxígeno disuelto será utilizado por las bacterias del filtro para descomponer la materia orgánica.
Como los orgánicos se almacenarán en el carbón activado, el tiempo de retención será largo, dando a la biomasa la oportunidad de degradarla.
Se inyecta aire comprimido en el tubo de presión y se mezcla agua y aire. Después, esta mezcla de aire-agua entra el tanque de filtro de carbón y fluye a través de la capa de carbón activo granulado.
A dentro del filtro los microorganismos crecen firmemente adheridos al medio de llenado. Es por eso que la bomba de alimentación del filtro está en marcha continuamente para proporcionar oxígeno a las bacterias.
El funcionamiento del CarboClean se basa en dos principios:
- Adsorción química en el carbón. El agua residual, sin sólidos gruesos o finos en suspensión, entra en la parte superior de la capa de carbón activado. La sustancia orgánica, incluido el nitrógeno orgánico ligado a ella, presente en las aguas residuales se adsorbe químicamente al carbón activado.
- Degradación biológica por bacterias. El contaminante presente en las aguas residuales se adhiere al carbón activo, en el que crecen las bacterias. Debido a las circunstancias aeróbicas del filtro, estas bacterias descomponen la contaminación orgánica en dióxido de carbono (CO2) y agua (H2O).
Para evitar el ensuciamiento del sistema, el CarboClean necesita un retrolavado periódico.
- El procedimiento de lavado a contracorriente es totalmente automático, en tiempos preestablecidos.
- Además sensores de presión miden la diferencia de presión en el filtro, y cuando la diferencia es demasiado alta, se inicia un procedimiento de retrolavado adicional.